11.4.12

Aguanta el tipo... y anda.



" La calma dejó paso a la tormenta, y volaron los meses como quien arranca las hojas del calendario. De repente el miércoles era sábado, el jueves domingo. De repente todo era grisáceo: el tren, el cielo, y hasta los sueños.

Ya no había canciones que dedicar ni bailes que deber. Ya no había camas deshechas, ni promesas por cumplir, ni viajes programados, ni notas en el bolsillo, ni noches entre vagones, ni pecados originales, ni nadie a quien escribir. Solo quedaba un casi amor y miles de bocas que no querías probar. El rastro de los sueños que olvidas antes de despertar. 


La vida se desordenaba al tiempo que mordías por detenerla.

 
Veías otra mano soltarte y llorabas de rabia, pensando que no podías hacerlo mejor. Un amor de tu vida besaba a otra, otro, quizás mejor, se disipaba en el horizonte, mientras tú te pasabas de estación sin encontrar, siquiera, una frase que hiciera de faro entre tanta tormenta. 
El después del después. El color de unos ojos que no recuerdas, el mosaico de ropa a los pies de la cama, el olor del (des)amor. El sabor de un beso que se quedó a medias en una esquina que se te antoja tan lejos. Un Marzo-Abril que vuela más rápido que nunca.
Luchando contra la sensación de que solo te queda la mitad de todo lo que tenías cuando aterrizaste aquí, que ya no era mucho. 


Que las noches se hacen cortas y los días interminables porque vivir, vives de noche. Por el día solo sobrevives. 


Y le hablas, a esa amante inoportuna... que se llama soledad."

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